Invierte en el bienestar de tu Capital Humano
marzo 5, 2019
La gestión del capital humano dentro de las empresas está viviendo desde hace años un cambio de paradigma. Esto genera unas profundas transformaciones en cuanto a la forma de entender la función, el enfoque y la manera de enfrentar el trabajo dentro de los departamentos de recursos humanos.
Hasta hace poco, este departamento se limitaba a controlar la cobertura de todos los puestos de trabajo necesarios. También, de las rotaciones, la regularidad en el pago de las nóminas y, en algunos casos, la regulación y monitorización del comportamiento de los trabajadores y trabajadoras, de acuerdo a un código ético y una política interna propia de cada organización.
No obstante, las nuevas necesidades y realidades empresariales exigen una gestión del talento con un enfoque mucho más proactivo y responsable. Las miras son estratégicamente mucho más amplias. Desde hace tiempo los especialistas en recursos humanos están embarcados en la expansión de una filosofía de trabajo — avalada por estudios científicos — que sostiene que las ganancias y el rendimiento financiero están íntimamente ligados al nivel de satisfacción de cada uno de los empleados de la plantilla. Y este grado de satisfacción va mucho más allá de la cifra que determina el sueldo mensual que se percibe.
Productividad y felicidad, inseparables
Resulta complejo hablar de un concepto tan personal y «etéreo» como felicidad en el contexto empresarial. No obstante, cada vez son más las organizaciones que prestan atención a este ítem. Incluso se han implantado perfiles profesionales orientados directamente a gestionar este área particular.
Cada integrante del equipo humano debe tener clara cuál es su función, qué se espera de él o de ella y cuáles son sus competencias y responsabilidades. Esto sólo es posible si los objetivos estratégicos generales están igualmente claros. Los objetivos deben ser comunicados a toda la plantilla de forma transparente para que se transformen en un objetivo común a alcanzar. Una meta en la que todo el equipo pueda sentirse implicado y partícipe.
Y un empleado no puede ser «feliz» dentro de la empresa si, además de lo anterior, no siente que existe un futuro mejor para él o ella en la organización. Utilizar herramientas de última generación, como software de gestión empresarial, permitirá conocer sus aspiraciones, metas personales y fortalezas.
Esta información clave facilitará a los responsables de la gestión del talento identificar cuál es la ventana de oportunidad o el puesto ideal que permitirá a esa persona a ascender en su camino de desarrollo personal y profesional, respondiendo adecuadamente a estas inquietudes.
Sentirse valorado y útil contribuye a un mejor trabajo
Del mismo modo, una gestión inteligente del talento permitirá una comunicación bidireccional más fluida con el equipo humano. Cada elemento del organigrama sentirá así que su trabajo tiene sentido, que es valorado, que contribuye realmente a la consecución de los objetivos de la empresa. En definitiva, que es más que una pieza dentro de un engranaje. Es decir, un elemento imprescindible y significativo para el buen funcionamiento de la organización. Que su trabajo y sus aspiraciones, talentos y valores positivos más íntimos están alineados.
En definitiva, una inteligente gestión del talento y un manejo adecuado del capital humano requiere un cambio de mentalidad. Tus empleados no «trabajan para ti», no «están a tus órdenes». Se trata de una relación entre iguales, con objetivos compartidos y con un imprescindible equilibrio entre lo que necesitamos hacer, lo que queremos conseguir y el convencimiento ético de que estamos en el camino correcto para lograrlo. Consiguiendo, además, crecer profesional y personalmente.
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