EBITDA como indicador financiero de la rentabilidad de tu negocio

octubre 29, 2020

EBITDAC Chief Joy Officer

Las compañías necesitan ofrecer datos continuamente actualizados a sus inversores, a los mercados o a las fuentes de financiación. Por este motivo, las empresas necesitan un indicador financiero que sea capaz de mostrar de manera rápida la solvencia de la empresa. Este indicador es conocido por el acrónimo EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, Amortization).

El EBITDA muestra los resultados de la empresa sin tener en cuenta los aspectos financieros ni tributarios. Es decir, muestra los beneficios de una empresa sin deducir los intereses, tasas, depreciaciones y amortizaciones. 

¿Para qué se utiliza el EBITDA?

1. Saber de forma rápida si la empresa es rentable

Con este indicador se puede conocer la imagen real de la empresa, tener claro lo que está ganando y perdiendo. Por lo que el EBITDA sería equivalente al resultado bruto de explotación.

2. Facilita la comparación con otras empresas

Con el cálculo de este indicador financiero las empresas podrán comparar sus resultados. La información sustraída, al no tener en cuenta aspectos financieros ni tributarios —distintos para cada empresa— nos da una visión clara de su rentabilidad sin tener en cuenta estos ajustes. 

3. Conocer el valor de la empresa en el mercado

Para estimar el valor de la empresa, uno de los métodos es la relación de esta con otras empresas a través del EBITDA. Este método se fundamenta en multiplicar el EBITDA del último ejercicio con el múltiplo de valuación de la empresa. El múltiplo de la empresa se sujetará a la naturaleza del negocio o el sector en el que opere.

El EBITDAC, una versión no ortodoxa del resultado de explotación

A raíz de la pandemia, surgió un nuevo indicador financiero llamado EBITDAC (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, Amortization and Coronavirus). A causa de que el EBITDA calculado a partir de los estados financieros históricos puede no mostrar una visión completa de la rentabilidad operativa. Este indicador sigue siendo utilizado por las empresas, debido a la situación económica actual que continúa afectando los resultados percibidos. No es una medida estandarizada, por lo que en la gestión financiera es común ajustar su cálculo y presentación.

Al realizar un análisis financiero se pueden encontrar elementos no recurrentes de ingresos y gastos, que necesitan regularizarse para presentar una rentabilidad más realista. En este sentido, un resultado ajustado recogería, por ejemplo:

  • Compensaciones o beneficios para ejecutivos que estén por encima o por debajo del mercado.
  • Ingresos no recurrentes de proyectos especiales.
  • Gastos de alquiler que no se ajustan al mercado.

En consecuencia, el impacto de las circunstancias extraordinarias en los ingresos y gastos justificaría realizar ajustes en el EBITDA. Por ejemplo:

  • Estimación de ingresos que se han perdido.
  • Indemnizaciones por despidos de empleados provocadas por interrupciones en la fuerza laboral.
  • Ayudas estatales extraordinarias recibidas. Por ejemplo, reducciones del impuesto sobre bienes inmuebles, actividades económicas y similares, que podrían considerarse subvenciones.
  • Costes de finalización anticipada de contratos de arrendamiento.
  • Incremento de costes por interrupciones en la cadena de suministro.

¿Se podría utilizar el EBITDAC como indicador financiero?

El EBITDA ajustado según la estimación de ingresos no generados y gastos reales imputables directamente a la crisis no está normalizado. Tampoco se ve con buenos ojos su utilización para presentar la información financiera, ni para conseguir financiación. Este indicador altera las reglas de cálculo de las entidades financieras para determinar la capacidad real de endeudamiento de las empresas.

Miembros de AECA y distintos economistas explican que normalizar el EBITDAC como indicador supondría dejar a la subjetividad el análisis financiero de las empresas, especialmente en el caso de las cotizadas. No justifican su aplicación como norma contable o modo de reporting de la cuenta de resultados. Además, ya existen indicadores anuales que permiten valorar correctamente la situación. Pero sí puede ser útil para realizar informes de consumo interno sobre el impacto temporal de la crisis en los resultados.

En este caso, también hay que tomar el EBITDAC con mucha prudencia. El ajuste del resultado bruto no solo debe recoger los impactos negativos de la situación actual sobre los resultados, sino también otros aspectos que hayan impactado de forma positiva. Un buen ejemplo de esto serían las ayudas recibidas. 

Así mismo, la pérdida de ingresos ha de examinarse cuidadosamente y analizar si se debe a problemas del negocio. Por ejemplo, a una menor competitividad en el mercado u otros motivos. También sería fundamental analizar si ciertos gastos son verdaderamente extraordinarios y están asociados a la crisis o, si por el contrario, vienen de una deficiente gestión anterior a la misma.

El EBITDAC como instrumento de análisis financiero de la salud del negocio

El EBITDA sirve como medida de la salud de un negocio y para analizar la evolución del rendimiento de la actividad ordinaria. En este sentido, el EBITDAC puede ser útil para medir periódicamente la caída de rentabilidad desde el origen de la crisis. Pero cuando las empresas se recuperen y vuelvan a reportar resultados positivos, este indicador financiero ya no será de utilidad.

No es recomendable basar las decisiones en indicadores no regulados por normativas oficiales. Sin embargo, sí lo sería crear informes de consumo interno que aporten visiones diferentes de la misma situación en una compañía, incluyendo cifras o datos conocidos y demostrables. Estos datos podrían incluso facilitar la toma de decisiones a los responsables de su gestión.

Calcular correctamente el resultado bruto y sus posibles ajustes por efecto de las crisis requiere contar con información fiable y actualizada en tiempo real. Y realizar análisis financieros con total trazabilidad que puedan traducirse fácilmente en informes de consumo interno. Dichos informes deberán adaptarse a las necesidades concretas del Director Financiero, el Accounting Director y el Responsable de la Consolidación. 

Utilizar Talentia Financial Suite para generar el informe EBITDA

Los principales indicadores financieros sirven de base para el análisis de solvencia o para medir la salud de una compañía. La solución Talentia Performance Management nos permite componer de manera sencilla estos indicadores financieros usuales y necesarios en el día a día. Por ejemplo: el informe de Resultado Operativo Bruto, el EBT, el EBITDA o el Resultado después de Impuestos. 

Estos informes con validez legal se componen con los datos aportados desde el módulo financiero, tras su parametrización basada en criterios legales o normativos. Con la periodicidad o el nivel de automatización deseado, ofrecen a la dirección financiera una visión completa de la realidad de la empresa.

Talentia Performance Management permite tener disponibles, de forma simultánea, múltiples informes de análisis compuestos por cualquiera de los criterios marcados desde la Dirección. Los usuarios también pueden generar nuevos resúmenes de la situación financiera cuando sea necesario, aplicando nuevos criterios. Además, se puede decidir comenzar desde cero o modificar informes ya existentes. Esta modificación se hace simplemente añadiendo o eliminando resúmenes parciales a las cifras del informe original.

¿Cómo se elabora el informe EBITDAC con Talentia?

El valor real del EBITDA, plenamente definido y consolidado, recibe una estimación adicional de ingresos no generados en la realidad y de gastos realizados por restricciones, prohibiciones o confinamientos imputables directamente a la situación actual. El EBITDAC muestra la salud de la empresa mediante la inclusión de estos impactos imprevistos.

Para elaborar este informe, Talentia Performance Management parte del EBITDA, añadiendo en este los nuevos indicadores en forma de cuentas o de grupos de cuentas. De esta manera, nace un segundo resultado operativo de la empresa ajustado a la realidad una vez regresados a la nueva normalidad.