Benchmarking: la primera fase para lograr el desempeño financiero

febrero 11, 2020

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Si queremos garantizar el desempeño financiero de las organizaciones, los ejecutivos, managers y responsables de gestión deben embarcarse en procesos estratégicos continuos. Esto significa que ninguno de estos procesos termina, ya que forma parte de un camino de mejoría y avance permanente. Uno de estos procesos es el benchmarking. Es aplicable a muchos ámbitos empresariales y de las organizaciones. 

También existen diversas tipologías de benchmarking. Te explicaremos cuál es su aplicación en el mundo financiero y por qué es interesante que lo tengas en cuenta, si utilizas un software de contabilidad financiera.

El benchmarking obliga a «mirar hacia afuera», tanto de la empresa como de sus respectivos departamentos. A través del mismo, se fija la atención en determinados procesos, indicadores, productos o servicios clave del mercado. El objetivo es tenerlos como referencia, cuantificarlos y ponerlos en relación con los propios, para evaluar nuestro propio desempeño. También es válido para evaluar los retos y oportunidades que tiene la organización, si quiere ocupar una posición relevante.

¿Cómo se integra en nuestro plan financiero el benchmarking?

Si pretendes que tu gestión financiera sea eficiente y aporte valor a tu trabajo, es imprescindible monitorizar su rendimiento. Por eso es tan importante contar con dos pilares esenciales: un plan financiero bien elaborado y un software de gestión que te permita extraer del mismo la máxima información y rendimiento.

Pero una herramienta de estas características carecería de utilidad si no puedes trabajar con datos. Y, para medir el rendimiento de tu departamento financiero tienes que establecer indicadores y referencias. A través de la fijación de metas cuantificables podrás comprobar si realmente tu desempeño financiero es el apropiado. También, si se están siguiendo las líneas estratégicas a través de las cuales tu plan financiero está haciendo más competitiva a tu organización.

La gestión financiera a través de la medición de KPI’s

¿Y qué indicadores, qué metas debes establecer? Como es lógico, dependerá en gran medida de tu empresa en particular, su situación y las características del mercado. No obstante, hay algunos indicadores clave de rendimiento —KPIs por su acrónimo en inglés— que son muy habituales y casi siempre válidos.

El KPI más conocido en la gestión financiera probablemente sea el de la rentabilidad de la inversión o ROI. Mide los ingresos que proceden de una inversión determinada y su relación a los costes que esa misma inversión nos ha supuesto. No obstante, el ROI no es la única referencia que puedes fijar en la medición de tu desempeño financiero. También puedes atender al ciclo de conversión de efectivo, la rentabilidad sobre el capital empleado, los márgenes de utilidad —tanto brutos como netos— o el crecimiento sostenible, midiendo el incremento de los activos y las ventas en función del aumento de la demanda. La lista es extensa y el KPI a escoger en determinada situación dependerá de las características particulares de cada caso.

Fases del benchmarking en la gestión financiera

Para no llevar al traste la práctica del benchmarking financiero es esencial tener una «hoja de ruta» clara. Lo más aconsejable es ser metódico en el seguimiento de un orden, a la hora de evaluar tu rendimiento financiero con esta práctica.

  1. Lo primero que debes hacer es planificar qué investigación vas a realizar, qué quieres medir y cuantificar, por qué y cómo vas a hacerlo. 
  2. La siguiente etapa es la recogida de datos, para cumplir ese objetivo de medición. Si tu gestión financiera está siendo monitorizada a través de un software de gestión especializado, esta tarea será al mismo tiempo más sencilla y ajustada, pues trabaja con datos en tiempo real.
  3. Cuando tengas los datos necesarios debes analizarlos para poder comprobar qué diferencia existe entre el desempeño real y la previsión establecida con anterioridad. O con tu rendimiento y las necesidades del mercado. 
  4. Una vez que sepas qué está sucediendo a tu alrededor, podrás actuar y definir acciones concretas que sirvan para seguir mejorando resultados financieros.

En resumen, el benchmarking financiero es una herramienta útil para ayudar a las empresas a medir su desempeño con respecto a sus competidores. Esta práctica les ayuda a identificar áreas en las que tienen que mejorar y les proporciona a los inversores una idea de la estabilidad financiera de la empresa. Si bien puede ser un proceso laborioso, el benchmarking es una herramienta importante para ayudar a las empresas a alcanzar sus objetivos financieros.