Los 4 ejes de decisión claves para un Director Financiero
octubre 10, 2019
La posición del Chief Financial Officer (CFO) o director financiero resulta clave para cualquier empresa u organización. El encargado de la dirección financiera tiene ante sí de manera recurrente un gran número de decisiones clave para el buen «estado de salud» de las cuentas de la corporación, así como para la correcta toma de decisiones ejecutivas y el diseño y la adopción de estrategias a corto y largo plazo. Gran parte de estas decisiones, que definen la gestión inteligente de las finanzas a través de software de gestión específica, giran en torno a cuatro ejes principales de decisión claves.
El director financiero ante la gestión de las inversiones
Este área de decisión dentro de la dirección financiera tiene que ver directamente con la dimensión de la empresa. Es decir, su tamaño en un momento determinado y el volumen óptimo que pretende adquirir. Para ello el director financiero debe tener en cuenta los activos con los que cuenta: en capital humano, tecnología, materias primas, equipamiento y vías de financiación, entre otros aspectos clave.
En caso de no contar con el volumen de activos deseado debe plantearse qué inversiones y activos debe adquirir la empresa. Tanto para lograr la dimensión óptima deseada, como para contar con el «músculo financiero» necesario en todas las fases del proceso productivo. Esto exige un profundo conocimiento del mercado y un adecuado estudio del mismo, sin perder de vista sus propios objetivos y estrategias. El software de gestión permite al CFO comprobar de un solo vistazo y en tiempo real todos los inputs clave de información para hacerse una adecuada «composición de lugar» de la situación.
La gestión de activos del CFO
Este aspecto, estando relacionado con el anterior, también tiene mucho que ver con los ratios de eficiencia de sus activos. Es decir, con el máximo aprovechamiento de los mismos para que la empresa cumpla con sus obligaciones financieras y contables. Aunque, teniendo un «colchón» adecuado para hacer frente a posibles imprevistos.
También, como en el caso anterior, la vigilancia y gestión inteligente de los activos permite garantizar el crecimiento sostenido de la empresa y la consecución de sus objetivos. Y, además, la alineación de estos últimos con las estrategias previamente establecidas por los distintos cuadros directivos y los centros de toma de decisiones. Por lo general, el director financiero debe ubicar en el puesto más alto de su lista de prioridades la gestión de activos corrientes antes que la gestión de activos fijos.
Los primeros son los que pretenden ser convertidos en efectivo a corto plazo — cuentas que se le adeudan a la empresa o inventarios, por ejemplo —. Los activos fijos, por otra parte, no tienen liquidez. Esto es porque son necesarios para el normal funcionamiento y la operativa corriente de la organización, como oficinas, depósitos, maquinaria, vehículos, etc.
El director financiero también se encarga de la financiación
Si se quiere mantener la actividad de cualquier empresa a largo plazo, el director financiero debe vigilar muy de cerca el buen estado de salud crediticia. Poder acceder a distintas vías de financiación garantiza una capacidad determinada para mantener un flujo constante de capital, que no siempre puede cubrirse con el apartado del ahorro, sin recurrir a un aporte crediticio adicional. Conocer las vías a disposición de la empresa y diseñar una estrategia de financiación acorde a sus necesidades puede garantizar su supervivencia. En este aspecto, contar con una gestión inteligente y con datos en tiempo real del estado financiero de la misma resulta crucial.
La política de dividendos también debe ser diseñada por el director financiero
De nada valdría la actividad comercial y financiera de cualquier empresa si no tiene previamente diseñada y definida su política de dividendos. Qué hacer con las ganancias y qué porción de las mismas destina a los accionistas y en qué forma. Esta es otra de las importantes áreas de toma de decisiones del director financiero. Revertir los beneficios en la propia empresa o distribuirla entre los socios capitalistas, así como optar por una fórmula mixta que transcurra de manera paralela por ambos caminos son los principales escenarios posibles.
Evidentemente, el puesto del director financiero o CFO es uno de los más «delicados» de todo el organigrama empresarial. Por ello, contar con el software de gestión apropiado para tomar las mejores decisiones, con la información más fiable y actualizada es siempre una buena idea, si se quiere mantener una política de gestión financiera inteligente y adaptada a los actuales.